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Verdictos

Karen Peterson y Jeffrey Peterson versus La Compañía de Químicos de los
Hermanos Hill
(2002) Corte Superior del Condado de Alameda 2001-031817 El 4 de junio de 2002 un jurado de la Corte Superior del Condado de Alameda falló a favor de Karen y Jeffrey Peterson por una cantidad en exceso de los veinte millones de dólares. La Corte encontró que la compañía de los hermanos Hill era cien por cien responsable por el mesotelioma de la demandante. La compañía de los hermanos Hill está en el sur de California con su sede principal en el Condado de Orange. El jurado también encontró que la conducta de la compañía de los acusados era maliciosa, opresiva o fraudulenta, lo cual hizo que sea necesaria otra fase del juicio para determinar el monto de los daños y perjuicios. Los acusados evitaron esta fase del juicio pagando una cantidad no especificada en un arreglo fuera de la corte.

Karen Peterson, de 42 años, fue expuesta al asbesto en su propia casa por productos de la Compañía de Productos Químicos de los Hermanos Hill desde su nacimiento hasta salir de la casa a los dieciocho años para ir a la universidad. El piso del tipo cementicioso magnesita le expuso a la demandante al asbesto y ese tipo de piso todavía existe en decenas de miles de hogares hoy en día. Según evidencias presentadas en el juicio, hay unos cuatro millones de pies cuadrados de este tipo de piso en hogares de Los Ángeles y otras zonas de California. Aunque los productos vendidos por la compañía de los hermanos Hill no contienen asbesto hoy en día, la compañía produce una línea de accesorios exclusivos incluyendo selladores y productos de reparación que son fabricados específicamente para usarse en los pisos de magnesita instalados entre 1920 y 1977. Los demandantes y sus abogados consideran que tanto la existencia actual de estos pisos como el proceso de restauración de ellos recomendado por la compañía de los hermanos Hill (incluyendo el uso de lija y cepillo de alambre) constituyen un problema importante de la salud pública. De seguir así como están las cosas, existe un potencial para el contacto de un número infinito de personas con el las fibras del asbesto y el riesgo de cánceres graves o fatales por muchas décadas en el futuro.

Los demandantes fueron representados por Simona A. Farrise y Andrea C. Huston de la firma de abogados Kazan, McClain, Abrams, Fernandez, Lyons, Farrise y Greenwood de Oakland, California, quienes se especializan en casos de mesotelioma causado por el contacto con el asbesto.

Don Lee Henderson y Marlene Henderson versus Eternit, Inc. (2001) Corte Superior del Condado de Alameda 843027-6. Un jurado de la corte falló a favor de un tasador de proyectos de construcción de Martínez, California, por la cantidad de 11.500.000 de dólares, basándose en su contacto con el asbesto durante toda su carrera en varios productos, particularmente las planchas de cemento-asbesto. A Eternit Inc., la última compañía acusada que quedaba en el juicio sin arreglar fuera de la corte, le tocó aproximadamente 2.500.000 de dólares por defectos en el diseño de su plancha de cemento-asbesto Glasweld y Flexweld, falta de advertencia del peligro que trae el producto y negligencia. Don Lee Henderson, el demandante principal, trabajó durante de la mayor parte de su carrera, después de su servicio militar en la armada, como tasador de proyectos de construcción, tanto en el norte como en el sur de California. La naturaleza de su trabajo como tasador de proyectos de construcción le obligó a visitar numerosos sitios donde se fabricaban y se instalaban productos que contenían asbesto. Además, él estaba expuesto continuamente al polvo del asbesto en los predios de su propio patrono donde almacenaban y fabricaban productos que contenían asbesto de varios proveedores, incluyendo los productos de Eternit, Inc.. La firma de Kazan entabló juicio de parte del Sr. Henderson en julio de 2001 y el veredicto unánime contra Eternit llegó a mediados de diciembre: encontraron culpable al acusado de tres tipos de responsabilidad legal mientras que encontraron al Sr. Henderson inocente de negligencia. El jurado le concedió al Sr. Henderson $500.000 por daños y perjuicios y $6.000.000 por dolor, sufrimiento y otros daños no económicos. A su esposa. Marlene Henderson, la segunda demandante del caso, le otorgaron $5.000.000 por la pérdida de su consorcio y compañía causada por su mesotelioma. El equipo de abogados de Kazan que se encargó del caso incluía a Dianna Lyons, abogada principal y sus asociados Karen Creech y Carlos Guzmán.

William Hardcastle y Vonda Hardcastle versus Tuberías J-M A/C Inc. (2001) Corte Superior del Condado de Alameda 830058-2. El doce de abril, 2001, un jurado de la Corte Superior del Condado de Alameda, California, les otorgó a Bill y Vonda Hardcastle la cantidad de $20,500,000. Bill Hardcastle había contraído un tipo cáncer raro que él alegó fue causado por el asbesto en su lugar de trabajo por la fabricación de tuberías de cemento-asbesto. La compañía acusada era Tuberías J-M A/C Co. De Stockton, California.

Bill Hardcastle trabajó desde 1959 hasta que fuera diagnosticado con cáncer, en una fábrica de tuberías en Stockton, California. Su patrono original era la compañía Johns-Manville. De 1959 a 1974 Bill Hardcastle estuvo involucrado en la producción de tuberías que contenían asbestos y que eran usadas principalmente para el transporte de agua. En 1974, preocupado por su salud, Bill Hardcastle se transfirió a la operación de tuberías de plástico, pero sólo con paredes parciales separando los sitios de la fabricación de las tuberías de plástico del lugar dónde se fabricaban las de las tuberías de cemento-asbesto en el resto de la planta.

Los expertos testificaron en el juicio que durante la década de los ochenta, la Compañía J-M A/C de Tuberías sabía que no existía un nivel de contacto con el asbesto que no era nocivo para la salud. Aunque no hubieran hecho trampas en sus pruebas de calidad del aire haciendo limpiezas antes de las pruebas, sus propias normas eran demasiado flojas como para proteger la salud de los empleados.

Por unanimidad, el jurado encontró que la Compañía J-M A/C de Tuberías era negligente y sus acciones maliciosas. Otorgó a Bill y Vonda Hardcastle $10,000,000 cada uno por daños y perjuicios. Después de oír que la compañía acusada tenía un valor neto de 1,1 millones de dólares, el jurado también otorgó $500.000 por daños punitivos. (seleccione aquí para más detalles sobre el caso.)

Los abogados principales de la Firma Dianna Lyons y Frank Fernandez llevaron el caso contra la Compañía J-M A/C de Tuberías a la corte con éxito. La compañía acusada sostenía que nunca había sido demandada por envenenamiento con asbestos antes, olvidándose de que nuestra Firma la había llevado a la corte como sucesora de la vieja compañía Johns-Mansville en 1983 después de que compró y siguió manejando la operación de fabricación de tuberías de cemento-asbesto de dicha compañía.

Hamilton versus Corporación de Asbesto Limitada. (5/15/00) 22 Cal. 4th 1127, 2000 WL 576190. En una victoria importante para decenas de miles de víctimas de la enfermedad del asbesto, la Corte Suprema de California concluyó que los que habían demandado previamente por desordenes respiratorias no fatales por causa del asbesto no estaban impedidos de entablar una segunda demanda si y cuando les diagnosticaban con mesotelioma u otra enfermedad causada por el asbesto.

Esta decisión desechó el veredicto de una corte inferior que había prohibido a un anterior trabajador de astillero, Arthur Mitchell, demandar para recuperar daños y prejuicios por su mesotelioma, aunque metió el juicio dentro de un mes de habérsele diagnosticado mesotelioma. La corte inferior sostenía que el juicio por mesotelioma del Sr. Mitchell era ilegal porque él ya había demandado por asbestosis no terminal que le habían diagnosticado en 1979.

La Corte Suprema de California concluyó que el estatuto de limitaciones debe tener una interpretación literal, de manera que los juicios por las enfermedades causadas por el asbesto son válidos si caen dentro del plazo de un año después de ya no poder realizar el trabajo normal por causa de una enfermedad causada por el asbesto. El abogado de la Firma, James L. Oberman fue responsable por informar a la Corte de Apelaciones y a la Corte Suprema para que lleguen a esta decisión histórica.

Wimberly versus Taxis Amarillos (1997) la Corte Superior del Condado de Alameda 749417-2 Un juez le otorgó daños de $25 millón a este cliente de La Firma quien sostuvo severas lesiones en el cráneo después de una colisión automovilística. En el momento de la colisión, el Sr. Wimberly tenía 21 años. La abogada asociada Simona Ferrise llevó el caso a la corte. Sullivan versus Delta (1997) 15 Cal.App.4th 288. La abogada-socia Dianna Lyons manejó esta apelación pro bono ante la Corte Suprema de California, al enterarse por las noticias de una de las opiniones más controversiales jamás emitida por el Tribunal de Apelaciones del Primer Distrito. La opinión, en un caso en el cual el demandante fue representado per un abogado de San Francisco, en efecto descartó cualesquier daños por dolor y sufrimiento otorgados a un demandante si él / ella muriese durante la apelación del caso. Si esta opinión hubiera sido mantenida por la Corte Suprema, habría significado, entre otras cosas, que los acusados en los litigios de California no tuvieran motivo para llegar a un acuerdo en casos donde el demandante sufría de una enfermedad que acortaba la vida. Más bien, los acusados habrían obligado a los demandantes a ir a juicios y apelaciones con la esperanza que estos muriesen durante las apelaciones. Esta decisión habría descartado la obligación de pagar lo que otorgara la corte por dolor y sufrimiento. La Firma se asoció voluntariamente como abogados oficiales y pelearon el caso en la Corte Suprema, logrando el éxito. La opinión de la corte inferior fue dejada sin lugar.

Morton versus Owen Corning Fiberglas (1995) 33 Cal.App.4th 1539 El Sr. Morton, de 52 años de edad, había trabajado menos de un año en el astillero Nueva York en Nueva Jersey, durante la construcción de la USS Kitty Hawk. El jurado le otorgó $3.484.170,00. Los acusados, Owen Corning Fiberglas, apelaron. La corte dictaminó que la prueba de la “expectación del consumidor” según la presentaba La Firma era suficiente para probar que el asbesto de OCF era defectuoso según las teorías estrictas de responsabilidad legal, y que las evidencias más tecnificadas y modernas no eran necesarias ni pertinentes. La corte acordó, por lo tanto, que era correcto excluir tales evidencias. Steven Kazan presentó la primera fase de este caso, y Aarón Simón, la segunda. Treadway versus Owen Corning Fiberglas (1995) Corte Superior del Condado de Alameda 738601-1.

El Sr. Treadway tuvo contacto con los productos de asbesto de Owen Corning Fiberglas durante su servicio militar en la Armada de los Estados Unidos. El jurado decidió que los productos de OCF eran la causa de la mesotelioma del Sr. Treadway, y le otorgaron $4.245.763,00. El abogado-socio Aarón Simón, ayudado por la abogada asociada Simona Ferrise, llevó este caso a la corte.

Alfaro versus Owens Corning Fiberglas (1994) la Corte Superior del Condado de Alameda 727494-4 El Sr. Alfaro había trabajado para la Armada de los Estados Unidos como reparador de calderos y operario de procesos en la Refinería de Petróleo de Tosco. Los abogados-socios de La Firma Dianna Lyons y Aarón Simón probaron que los productos de asbesto de Owen Corning Fiberglas eran defectuosos (específicamente el aislante “Kaylo”), y que constituían un causa importante de la mesotelioma del Sr. Alfaro. El jurado le otorgó a la víctima $6.939.279,01, incluyendo daños punitivos de $4.500.000.01 para castigar a OCF.

Salazar, Francom y Hockenhull versus Owens Corning Fiberglas (1994) la Corte Superior del Condado de Alameda 645252-8 (consolidado) La Firma consolidó estos tres casos de muerte por negligencia de otro para hacer un solo juicio. Los demandantes recibieron daños de $6.665.500 en Salazar (el Sr. Salazar fue técnico de laboratorio en una planta procesadora de uranio y sufrió de mesotelioma peritoneal); $3.685.000 en Francom (el Sr. Francom tuvo mesotelioma pleural y había sido trabajador de astillero de carrera); y $5.245.000 en Hockenhull (el Sr. Hockenhull fue obrero y tuvo mesotelioma pleural). La adjudicación incluía $1 millón de daños punitivos por caso, dando un total de $16.595.500,00. Los socios-abogados Steven Kazan y Aarón Simón llevaron estos casos a la corte.

Rosario versus Diamond Shamrock (1992) la Corte Superior del Condado de
Alameda 687219-1 El Sr. Rosero, de 53 años de edad, tuvo contacto con BCME (bis-clorometileter), lo cual le causó cáncer pulmonar mortal. Su contacto ocurrió en una fábrica de resinas por intercambio de iones en Redwood City, California. Después de un juicio de 16 semanas dirigido por el abogado-socio de La Firma, Aarón Simón, el jurado le otorgó
$4.656.666 al Sr. Rosario. Después de eso, el caso del Sr. Rosario, y los casos de nueve compañeros de trabajo suyos fueron resueltos sin más juicio.

Cardia versus Fibreboard (1991) la Corte Superior del Condado de Alameda 669982-2 La Firma probó que la mesotelioma del Sr. Cardia fue causada por productos da asbesto, y el jurado le otorgó $5.093.351,00 a este hombre de 56 años de edad. Steven Kazan llevó el caso a la corte. Force versus Director, OWCP (1991) 938 F .2d 981.

Una compañía aseguradora de indemnización al trabajador por accidentes en el trabajo trató de obtener crédito contra su responsabilidad legal por beneficios pagados a la Sra. de Force de los dineros que ella y otros miembros de su familia recibieron de su demanda tercerista contra varios fabricantes y distribuidores de asbesto. Victoria Edises obtuvo una decisión que limitaba la recuperación de crédito del asegurador a aquella parte del dinero que le correspondía únicamente al solicitante. Como resultado, la familia de la víctima puede quedarse con mucho más del dinero que la corte le otorgue.

Steele vs. Chevron Inc. (1990) 219 Cal.App.3d 1265 Abogada socia Victoria Edises obtuvo la decisión de la corte según la cual el mismo contacto con el asbesto puede ser la causa de diferentes y separadas enfermedades y discapacidades relacionadas con el contacto previo con el asbesto. Esta decisión es particularmente importante para las victimas de la enfermedad del asbesto porque la gente que contrae una de estas enfermedades (como plaquetas pleurales o asbestosis) están en una situación de mucho más riesgo de contraer otra enfermedad relacionada con el contacto previo con el asbesto (como el mesotelioma o el cáncer pulmonar). Esta decisión reconoció que aunque el cliente de la Firma Harvey Steele ya había entablado un reclamo de reembolso al trabajador por una enfermedad relacionada con el contacto con el asbesto, él tenía, no obstante, el derecho de entablar otro reclamo por el perjuicio y la discapacidad separadas de las cuales él fue victima cuando le diagnosticaron el mesotelioma.

Jackson versus Deft (1990) 223 Cal.App.3d 1305 Un cliente de La Firma contrajo asma permanente después de estar en contacto con isocianógenos. La Firma sostuvo con éxito ante la Corte de Apelaciones de California que la defensa del contratista militar no era aplicable; que los acusados terceristas no se escudaban de responsabilidad legal; y que las “advertencias” en las pinturas del acusado no eran adecuadas ante la ley. Se permitió, por lo tanto, que el caso procediera, y fue resuelto con éxito.

Coleman versus Fondo Fiduciario de Manville para Indemnizaciones de Perjuicios Personales (1989) la Corte Superior del Condado de Alameda 650496-3 Denise Abrams, abogada-socia de La Firma, obtuvo el primer veredicto exitoso contra el Fondo Fiduciario de Manville para Indemnizaciones de Perjuicios Personales en California, y el segundo veredicto contra este fondo en los Estados Unidos.

Paquin versus Celotex (1989) la Corte Superior del Condado de Alameda 651932-8 El jurado decidió a favor del Sr. Paquin, de 52 años, por la cantidad de $4.193.773,10. Para entonces, la suma más alta obtenida en un caso de asbesto en California. David McClain llevó el caso a la corte. Esta decisión reconoció que aunque el cliente Harvey Steele ya había hecho un reclamo de indemnización al trabajador por una enfermedad relacionada con el asbesto, él todavía tenía el derecho de hacer otro reclamo por el perjuicio que él sufrió cuando se enfermó de mesotelioma. Dickerson versus Southern Pacific (1985) la Corte Superior del Condado de San Francisco 822491.

David McClain, abogado-socio de La Firma, obtuvo victoria en este caso ferroviario. Fue la primera victoria legal de una víctima de mesotelioma contra una compañía ferrocarrilera en los Estados Unidos.

Bell versus Fibreboard (1983) la Corte Superior del Condado de Alameda 509336-0 En este juicio, Steven Kazan obtuvo la primera adjudicación de daños punitivos en los Estados Unidos contra Fireboard, un fabricante grande de productos de asbesto en la costa del Pacífico, que había empleado a los tres demandantes.

Corporación de Asbesto de América del Norte versus la Corte Superior (1982) 128 Cal.App.3d 138 La Firma sostuvo con éxito ante la Corte de Apelaciones que el servicio de citación convocatoria a una compañía disuelta o de otro estado / país era válido. Se encontró que NAAC, una compañía proveedora de fibras de asbesto era responsable ante las cortes de California.

Speake versus Johns-Manville (1982) la Corte Superior del Condado de
Contra Costa 16099-3 Steven Kazan condujo el primer caso exitoso en los EE.UU. de un empleado de fábrica de asbesto contra su patrono Johns-Manville, y se basaba en parte en la excepción a la regla de la “indemnización del trabajador como recurso único” creada bajo Rudkin.

Corporación de Productos JM versus la Corte Superior del Condado de Contra Costa (1980) 27 Cal.App.3d 465 Un caso extremadamente importante de la Corte Suprema de California a favor de Reba Rudkin, cliente de Steven Kazan, trabajador en la planta fabricadora de asbesto de Johns-Manville, Pittsburg, California. La corte dictaminó que un empleado puede demandar a su patrono por causa civil (además de la indemnización del trabajador) si el patrono agravia una lesión existente y conocida por el patrono. Esto estableció una excepción a la regla de la “indemnización del trabajador como recurso único”, y fue codificado posteriormente en la Sección 3602(b)(2) de la Sección Laboral del Código de California.

Lo de Arriba es una muestra de algunos veredictos y decisiones en apelaciones obtenidos por La Firma. Nuestros abogados-socios y abogados-asociados han ganado muchos otros casos.

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