Abogada asociada; Golden Gate Law School, Honorary Lawyers Program (J.D. 2003), University of California Santa Barbara ( 2000). Admitida al Colegio de Abogados de California (2004).
En el año 2001 me uní a Kazan Law como asistente legal, después de terminar mi primer año en la facultad de derecho. Mi tiempo como asistente legal, siendo supervisada por abogados experimentados y dinámicos, me ayudó a encontrar mi camino y me formó como la abogada que quiero ser. Yo sabía que quería formar parte de esta firma, que con tanta pasión y dedicación obligan a la compañías a rendir cuentas por su conducta horrible, valorando sus ganancias sobre la vida y salud de hombres mujeres y niños. Después de pasar el California Bar Exam, acepté una posición como asociada en la firma. Después de varios años, pasé un tiempo en Legal Aid ayudando a familias pobres que no pueden permitirse servicios legales para acceder al sistema de justicia. Cuando era niña, soñé con ser abogada para ayudar y defender a personas necesitadas. A pesar de que disfruté de ese trabajo, no lo podía comparar con la satisfacción de hacer pagar a las corporaciones americanas por su conducta despreciable, y poder ayudar a nuestros clientes que pasan por experiencias muy difíciles.
Nuestros clientes estuvieron expuestos a asbestos, en gran parte, por su trabajo o por el trabajo de un miembro de la familia. Ellos trabajaron para sostener a sus familias, y vienen a nosotros porque, sin saberlo, el trabajo no les dio un salario sino una pena de muerte. Cada uno de los clientes me ha conmovido, y ha sido un honor para mí escuchar sus historias y asegurar que los miembros de sus familias fueran compensados por una perdida tan trágica. Nadie debería perder un miembro de su familia por la codicia corporativa, pero cuando sucede, la conducta de la corporación no puede ser tolerada y se debe hacer justicia.